El monovolumen estrena una versión BlueHDI de 100 CV pensada para aquellos que tienen tres objetivos a la hora de buscar coche: que sea amplio, tenga un precio muy atractivo y consuma lo mínimo posible.
El nuevo Citroën C4 Picasso BHDi de 100 CV no es para todo el mundo, pero deberías tenerlo en cuenta si, como conductor, cumples una serie de condiciones: tienes un presupuesto de entre 21.000 y 23.000 euros, das más importancia al bajo consumo que a las altas prestaciones y, sobre todo, necesitas mucho, pero que mucho espacio.
Nada de su exterior lo diferencia respecto al modelo que apareció en 2013, del que siguen llamando la atención dos detalles: las rasgadas luces diurnas muy arriba, en lugar de estar relegadas a un segundo plano inferior, y la propia anchura de la carrocería, que promete la habitabilidad que luego nos encontraremos. Que resulte diferente desde un punto de vista estético debe entenderse como una ventaja dado lo abundante de su competencia, y en conjunto se ve mejor proporcionado que su ‘hermano’ el Grand C4 Picasso, versión alargada con espacio para siete ocupantes.
Equipamiento muy completo
Pero la virtud de este modelo se aprecia de puertas adentro. Lo primero que nos llama la atención del acabado Live Edition es que tiene más equipamiento del que hoy consideramos imprescindible, aunque sin querer incurrir en extras elitistas que elevarían su coste. Decimos esto porque incluye volante multifunción en cuero, climatizador de dos zonas, equipo de audio con conexión AUX y USB, ordenador de viaje, indicador de presión baja de neumáticos, apoyabrazos en las dos butacas delanteras (la delantera con ajuste en altura), mesas en los respaldos delanteros, tres asientos traseros independientes que se desplazan hacia delante o hacia atrás, etc. A ello, nuestra unidad de pruebas sumaba el ‘Pack City con cámara’, que ayuda en las labores de aparcamiento trasero e incluye el plegado de los espejos cuando se cierra el coche. Pero, al mismo tiempo, la tapicería se muestra sencilla en su diseño y el cuadro de relojes en color (con posibilidad de visualizar hasta fotografías) de las versiones más lujosas ha dejado su paso a otro monocromo, mucho más sencillo y sin duda económico.
Lo que no cambian son las gomas del salpicadero y puertas, de una calidad satisfactoria, ni todo aquello que hace que este Picasso nos vaya ganando kilómetro a kilómetro. Lo primero es su amplitud. En este sentido, tiene la ventaja de la mencionada anchura, que además de permitir que tres adultos viajen sin molestarse con los codos hace posible la instalación de hasta tres sillitas, algo que no se puede hacer en todos sus rivales. También ofrece una buena altura hasta el techo, presenta un piso plano al completo para que el pasajero central acomode los pies a su gusto y la distancia para las piernas es notable (siempre y cuando no desplacemos los asientos traseros hasta su posición más adelantada). Y a ello hemos de sumar que la visibilidad es excepcional (la luna delantera panorámica te da la sensación de ocupar una butaca en un loft) y que dispone de un maletero de 537 litros, suficiente para echar el equipaje de la familia sin tener que buscar el hueco apropiado para cada cosa.
Rendimiento suficiente
El motor BlueHDI de 100 CV es la opción básica dentro de la gama diésel para el Picasso (también se vende en versiones de 120 y 150 CV). A priori, la potencia que otorga y el par motor de 254 Nm parecen escasos para un vehículo grande (aunque no muy pesado: 1.371 kilos) que, no olvidemos, lleva en sus genes la intención de cargar cinco ocupantes y mucho equipaje. Sin embargo ya te avisábamos al principio que esta versión es para aquellos que no dan demasiada excesiva importancia a las prestaciones, que en este caso se quedan en 176km/h y 12,7 segundos en el 0 a 100. Quizá su posible comprador mire estos datos y levante los hombros, mientras se pregunta si podrá cargarlo hasta los topes, adelantar por carreteras secundarias con la necesaria dosis de energía y subir puertos a 120 km/h sin ver que la aguja del velocímetro va descendiendo. Esto es lo que esta versión pretende y logra. Y como seguro que también le preocupará a su conductor que consuma poco, le vendrá bien saber que durante los más de 2.000 kilómetros que le hemos hecho en nuestra prueba, siempre con un mínimo de tres ocupantes y el maletero hasta arriba, registró una media de 5,9 l/100 km, dato notable (¡la media oficial es de 3,8 litros!) para un coche de semejante tamaño, aunque como en este caso cuente con Stop/Start. Y eso que equipa un cambio de sólo cinco velocidades, frente a las seis de los diésel más potentes.
El comportamiento del coche es correcto, amparado en unas suspensiones confortables y en unos neumáticos (205/55 R17) adecuados al tamaño del coche. La anchura de vías y la buena batalla, en cualquier caso, le benefician, aunque entre las pretensiones de este Picasso no esté la de ofrecer al dinamismo al volante que sí podemos encontrar en alguno de sus competidores y sí una dosis muy generosa de confort.
Hablábamos del precio al principio, y aquí sale a relucir la ventaja más evidente de renunciar a un motor de mayor rendimiento: 22.220 euros, que no está nada mal para un modelo que te va ganando día a día por capacidad, ahorro en el consumo y enfoque práctico. Una compra de lo más razonable.
Fuente: marcamotor.com