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Con la llegada del C4 Cactus la marca del doble chevrón ha demostrado que llevar a la serie un modelo muy parecido al prototipo inicial que recorre los salones no es ninguna locura. No es una práctica nada habitual, pero este coche tampoco pretende serlo, pues cuenta con una estética pensada para no pasar desapercibida.
Y si normalmente ya consigue atraer miradas a su paso a causa de sus llamativos y abombados protectores laterales de las puertas (los Airbumps), el acabado tope de gama Shine Edition Urban (versión especial con equipamiento adicional) de la unidad probada acentúa esta capacidad aún más con detalles en rojo como las carcasas de los retrovisores. En su práctico habitáculo, las pantallas digitales son las grandes dominadoras pues incluso sustituyen al panel de instrumentos convencional.
Hemos elegido el motor BlueHDi de 100 CV pero con el cambio manual de cinco velocidades. Se trata de una alternativa mecánica que le viene como anillo al dedo, con un comportamiento muy equilibrado y una gran eficiencia.
A nivel de segmentos, el C4 Cactus se encuentra entre dos aguas, puesto que puede competir tanto con en la categoría de crossovers como en la de compactos. No obstante, sus principales rivales directos se encuentran más bien en la primera clase, como es el caso del Nissan Juke, el Renault Captur o el Peugeot 2008. En cuanto al precio, la unidad que os presento, opcionales incluidos, cuesta 21.700 euros sin contar PIVE. De salida, el precio de esta versión sin opciones es de 20.100 euros.
No hay duda de que el C4 Cactus ha sido uno de los modelos que más miradas ha atraído desde que aterrizó en nuestro mercado, hace unos meses. Y es que cuenta con una estética que no pasa desapercibida. Ante todo, su línea es novedosa, puesto que en algunos aspectos no se parece a ningún otro modelo de su segmento. De hecho, es mejor referirse a segmentos, en plural, ya que, como os comentaba anteriormente, puede englobarse tanto en el de los crossover como en el de los compactos si tenemos en cuenta sus dimensiones (mide 4,16 m) y sus características.
El morro se distingue por una parrilla superior reducida a la mínima expresión, casi minimalista, si bien la zona frontal no rompe por completo con la línea de diseño planteada por la marca francesa, sino que conserva algunos rasgos que recuerdan al C4 Picasso. Con ello me refiero a la disposición de las finas luces diurnas de tipo LED, ubicadas a una considerable altura, y de los faros, situados por debajo. El logo del doble chevrón cobra un gran protagonismo tanto por su importante tamaño como por su posición.
Por supuesto, entre los elementos más vistosos del modelo se encuentran los protectores laterales Airbump. Su objetivo, además de darle un genuino y robusto toque visual al vehículo, es sin duda salvaguardar la carrocería de posibles impactos o roces del día a día. Están fabricados de poliuretano termoplástico con cápsulas de aire en su interior, por lo que amortiguan posibles golpes, protegiendo así ambos laterales del coche en multitud de situaciones.
Existen diversas posibilidades de personalización estética para este modelo. En el caso de esta serie especial Shine Edition Urban, que se diferencia fácilmente por los detalles exteriores de color rojo, algunas alternativas opcionales vienen ya de serie como la pintura exterior metalizada Gris Shark (normalmente cuesta 400 euros) o los protectores laterales de color Duna (cuyo precio normal es de 100 euros adicionales a los de color negro). Las llantas de aleación de 17 pulgadas de color negro también vienen de serie.
Entorno práctico y digital.
Desde Citroën has buscado claramente el aporte de modernidad en el C4 Cactus. Y ello lo han obtenido no solo con su particular imagen exterior sino también mediante el entorno digital en el que queda sumergido el conductor desde el primer momento. La gran protagonista del tablero es la gran pantalla táctil a color, que da la impresión de tratarse de una tableta extraíble (aunque no lo es) y se encuentra situada en la zona superior de la columna central. Desde aquí se gestionan fácilmente buena parte de los dispositivos del vehículo.
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Tras el volante se encuentra otra pantalla digital, que actúa como panel de instrumentos y donde es posible consultar la mayoría de información habitual en un panel convencional. Curiosamente, este dispositivo no incorpora cuentarrevoluciones. El modelo francés está rematado con materiales de buena calidad y dispone de una más que aceptable cantidad de huecos para guardar pequeños objetos, si bien no equipa guantera central entre los asientos delanteros.
En algunas versiones, estos asientos son de banqueta corrida, una configuración muy inusual pero cómoda a la vez (sólo es posible en las versiones automáticas). No obstante, esto no sucede en la versión probada Shine Edition Urban, que cuenta con dos banquetas independientes con tapicería opcional mixta con cuero gris (750 euros). Disponen de un mullido realmente cómodo aunque se agradecería una sujeción lateral más eficaz a la hora de enlazar curvas. Puestos a pedir, preferiría que el volante también pudiera regularse en profundidad, y no sólo en altura.
Al pasar a la parte trasera cabe señalar que la banqueta es de formas regulares, incluso en la zona de la plaza central, aunque tres adultos irán un poco justos por anchura disponible. Hay que tener en cuenta que el respaldo es de una sola pieza, lo que resta modularidad, pues hay que abatirlo completamente si necesitamos aumentar el volumen de maletero, que es de 358 litros con todos los respaldos levantados.
Echando la vista a las ventanillas posteriores comprobé que son de tipo compás. Pienso que esto no está justificado en un coche de este tipo, ni siquiera aunque sirva para aligerar algunos kilos y rebajar el precio. Por lo demás, la terminación Shine Edition Urban probada dispone de un equipamiento bastante completo (inferior al de un C4, eso sí) con elementos como lunas traseras oscurecidas, barras de techo negras, control de estabilidad, ayuda de arranque en pendiente, climatizador, volante de cuero bitono, iluminación diurna de tipo LED, faros antiniebla, regulador y limitador de velocidad, navegador, cámara de visión trasera, manos libres con Bluetooth, radio MP3 con seis altavoces y dos entradas USB.
Al margen del apartado estético exterior, las alternativas opcionales que ofrece el catálogo del C4 Cactus no son muy extensas. Entre las más interesantes se encuentra el Pack Park Assist con sensor de aparcamiento delantero y medida de espacio disponible al aparcar (450 euros) o el techo panorámico fijo (450 euros).
Motorización.
En lo que respecta al apartado mecánico, esta es la variante más potente dentro del escaparate diésel, que está compuesto por un motor e-HDi de 92 CV y por el BlueHDi de 100 CV de la unidad probada, ambos con una cilindrada de 1.560 c.c. La motorización que da vida a esta unidad es de cuatro cilindros en línea, de inyección directa con turbo e intercooler y registra un par motor máximo de de 254 Nm a 1.750 rpm. El motor se distingue por ofrecer una buena capacidad de respuesta desde bajas vueltas, es bastante elástico y mueve con soltura el automóvil de la marca del doble chevrón.
Con este motor asociado a un cambio manual de cinco velocidades el modelo manifiesta un nivel de prestaciones muy equilibrado, partiendo de la base de que no se trata de un vehículo con aspiraciones deportivas sino que está más bien pensado para una concepción más familiar. Necesita 10,7 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, lo que es un valor más que correcto para su caballaje, y puede alcanzar una velocidad máxima de 184 km/h. Pero su verdadero fuerte es la eficiencia. Con un consumo medio homologado de 3,4 litros cada 100 km y unas emisiones de 89 g/km de CO2, queda claro que los ingenieros de Citroën han trabajado a fondo en este ámbito.
La media que extraje tras mi prueba fue de 5,1 l/100 km, una cifra realmente competitiva con la que pude reafirmar que la eficiencia es una de las mayores virtudes del modelo de Citroën. Asimismo, con tal de beneficiar el ahorro de combustible, el modelo equipa de serie un sistema Stop/Start de arranque y parada automático que, si bien no es especialmente rápido en su funcionamiento, permite recortar alguna décima en circulación urbana. Teniendo en cuenta su mayor rendimiento y un consumo levemente menor que la variante de 92 CV, pienso que se trata de la mejor alternativa de las dos disponibles a la hora de decidirse por el gasóleo en la gama C4 Cactus.
Confort.
El chasis traslada a la perfección la personalidad de vehículo sosegado del C4 Cactus al ámbito dinámico. Y es que se percibe como un coche cómodo con un sistema de suspensión suave que absorbe muy bien los pequeños baches, haciendo que pasen casi inadvertidos. Brinda un aplomo considerable cuando llega la hora de rodar por autopista, por donde da la impresión de ser un coche de mayor tamaño. Por carreteras de curvas su comportamiento es bastante noble, aunque si animamos el ritmo sale a relucir algún que otro balanceo de la carrocería. Siempre bastante sutil, eso sí.
El territorio urbano es uno de sus favoritos, pues se desenvuelve muy bien por las callejuelas de ciudad. Una de las principales causas de ello es su razonable agilidad por este tipo de vías, reforzada tanto por la ligereza del vehículo (pesa 1.145 kilos) como por la eficacia de su dirección. En general, ésta se muestra muy directa y precisa, lo que beneficia a la sensación de control en cualquier circunstancia de conducción.
A diferencia de lo que sucede en la versión diésel inferior, en que los frenos traseros son de tambor, en el BlueHDi de 100 CV los cuatro son de disco. Ello se traduce en una frenada más efectiva y menos expuesta a fatiga por uso continuado. Registra un buen nivel de insonorización general, lo que pone de manifiesto una vez más la importancia que se le ha otorgado al confort de los ocupantes. Sin embargo, a velocidades de autovía las barras del techo originan ciertos ruidos aerodinámicos.
El C4 Cactus es un coche que primero tiene que entrar por los ojos. Si os convence su original estética tenéis que saber que, al margen de ella, encontraréis un vehículo muy práctico, con un interior espacioso y pensado en clave digital y con un motor muy acertado que alcanza un notable equilibrio entre rendimiento y consumo. A esto se suma un importante confort de marcha y un precio bastante competitivo. Con todos estos argumentos, queda claro que se trata de un modelo pensado para dar batalla tanto a crossovers como a compactos por igual.
Combustible: Diesel
Potencia máx.: 100 cv a 3500 rpm
Aceleración: 10,70 s. (0-100km/h)
Emisiones: 87 gr/km
Consumo:
3,80 l/100km (urbano)
3,20 l/100km (extraurbano)
3,40 l/100km (mixto)
Fuente: coches.net
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