La DGT nos recuerda cómo es la circulación en rotondas.

En cada pueblo y ciudad tenemos varios ejemplos de rotondas y glorietas, y en cada una de ellas nos podemos hacer las mismas preguntas: ¿por qué carril circulo? ¿Cómo se usan los intermitentes? ¿Puedo usar el carril más interior sin problema? Son muchas preguntas y, curiosamente, todas tienen fácil respuesta, pero va en nuestra naturaleza complicarnos la vida en exceso. Por suerte, y por fin, la DGT ha recopilado las dudas más frecuentes sobre la circulación en rotondas y nos las ha ofrecido en el último número de su revista.

Las glorietas son intersecciones que permiten un tráfico fluído en ellas. Se caracterizan por el tramo de vía circular que rodea su anillo central, y que suele tener dos o más carriles. La circulación por una glorieta parece algo singular, pero no deja de ser como “doblar” carriles: es posible, si se dan las circunstancias adecuadas, circular de forma fluída desde la entrada hasta la salida elegida, como si tuviésemos un carril directo entre ambas. De hecho, ése es el punto fuerte de las rotondas.

 

Entonces, ¿dónde está el problema con las rotondas?

 

Si siempre tuviésemos en cuenta esta teoría, la de que las rotondas no son más que extensiones de nuestro carril que nos llevan de una entrada a la salida elegida, sin más que cuidar de que en el momento de introducirnos en ella no haya nadie en su interior, acercándose a nuestra posición, todo sería idealmente sencillo. Imaginando que circulamos por una gran avenida con varios carriles, sabemos que si queremos torcer a la derecha debemos situarnos lo más a la derecha posible, con la suficiente antelación: nadie gira a la derecha cruzando tres carriles de repente.

En rotondas es lo mismo: no deberíamos cruzar desde el carril interior hasta la salida elegida porque estamos invadiendo carriles que pueden, o no, estar ocupados: lo lógico es situarse con la antelación suficiente en el carril derecho, y de ahí tomar la salida sin impedimentos y sin entorpecer la marcha de nadie. Esa es la teoría, pero ¿se cumple? Sabemos que no se cumple por regla general. Que hay quien “traza” las glorietas como si no existiesen carriles, quien se cruza por delante de otros coches saliendo in extremis, hay casos y casos.

 

 

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La DGT ha conseguido juntar un compendio de las preguntas más frecuentes sobre las rotondas en un intento por hacer claro lo que no puede ser más sencillo. Pero como nos complicamos la vida sin necesidad, conviene echar un vistazo a sus respuestas, lo más concisas posible, porque vienen a reafirmar las cuatro reglas imprescindibles de las glorietas:

 

– ceder el paso a quienes están dentro de ella y escoger el carril que considere más adecuado en función de la salida que vaya a tomar;
– una vez dentro, tiene preferencia el vehículo que está ocupando un carril respecto al que va a acceder a él;
– para salir de la glorieta, es imprescindible situarse previamente en el carril exterior;
– si no ha sido posible, hay que efectuar un nuevo giro para colocarse con tiempo en esa posición.

 

El primer punto es curioso porque confía plenamente en el sentido común del conductor, en que sabrá “leer” el tráfico para considerar cuál es el mejor carril para llegar a su destino. Y precisamente es el punto de mayor conflicto en una glorieta.

 

Más información: RevistaDGT.

Fuente: Blog.citroën.es