Con siete asientos de capacidad interior y un maletero de gran volumen, el Grand C4 Picasso es el compañero ideal para lasfamilias con mayores necesidades de espacio. Además, su completa dotación nos hará sentirnos tan cómodos como en casa.

 

Este C4 Picasso es de esos coches que ha dejado huella en mi memoria. Cuando escribí su primera prueba -número de agosto de 2013 de Top Auto- ya remarqué cuán gratamente me había sorprendido esa refrescante bocanada de modernidad, tecnología y distinción encerrada en un formato monovolumen del que ya no esperábamos nada emocionante.

 

Tanto entonces como ahora he tenido en mi poder unidades de prueba con el acabado tope de gama Executive y rematadas con todas o la mayoría de opciones disponibles, lo que sin duda condiciona la percepción que tengo de este vehículo. Me vendría bien una inyección de realidad poniéndome a los mandos de una de las versiones más económicas Attraction o Seduction que no monten los cómodos y distinguidos asientos de cuero Nappa con regulación eléctrica y calefacción; ni el Pack Lounge con función de masaje en las plazas delanteras, reposapiés extensible en el lado del copiloto y los 5 reposacabezas relax que tan bien recogen la cabeza; o que traigan una instrumentación convencional en lugar del display digital de alta definición y personalizable de 12’’.

 

La impresión, evidentemente, no sería la misma, pero en el fondo seguiría siendo un excelente producto, con muchas virtudes: la calidad de sus terminaciones y el tacto agradable de sus materiales; el elevado volumen de almacenamiento que suman sus numerosos espacios portaobjetos; o la óptima visibilidad desde todos los ángulos apoyada en una generosísima superficie acristalada que incluye la luna delantera panorámica con parasoles deslizantes.

 

Desde la versión de acceso incluye la pantalla táctil de 7’’ que da soporte al sistema de infoentretenimiento. La intención de concentrar todas las funciones en torno a ella, incluida la climatización, parece una evolución lógica en el mundo de hoy, pero con el paso de los kilómetros vemos que exige apartar la vista de la carretera más de lo necesario ya que no podemos operar directamente sobre cualquier función (radio, teléfono, etc), sino que previamente hay que localizar y pulsar su botón correspondiente entre los ubicados a los lados del display (son de tipo táctil, similares a los que incluyen smartphones y tablets en sus marcos).

 

Dos asientos y maletero.

 
Entre un C4 Picasso y un Grand C4 Picasso no hay que buscar diferencias más allá de la tercera fila de asientos y la superior capacidad de maletero añadidas por este último, a cambio de lo cual exige un desembolso adicional de 1.500 euros.

Estas dos butacas adicionales que conforman su tercera fila son más indicadas para niños que para adultos. En mi caso, con 1,74 metros de altura, casi rozo con el techo, algo que no me ha ocurrido por ejemplo con el Toyota Prius+ que también pruebo en este número. A su favor, que disponen de sus propias salidas de ventilación, luces de lectura y toma de 12 V.

 

El maletero, por su parte, eleva su capacidad hasta los 645 litros con los asientos de la segunda fila en su posición más retrasada, lo que deja a esta Grand C4 Picasso entre los mejores de la categoría por capacidad de carga. Además, esta versión ofrece de serie el portón de apertura y cierre eléctricos.

En cuanto a la fila intermedia, el Grand C4 Picasso no aporta nada nuevo respecto a su hermano de cinco asientos. Y ni falta que le hace porque su propuesta deja pocas fisuras: un acceso amplio y cómodo, piso totalmente plano y tres butacas independientes, del mismo tamaño y con fijaciones Isofix en todas, además de regulación longitudinal e inclinación del respaldo. En ellas, sus ocupantes disfrutarán de un espacio desmedido para su rodillas y amplio para alojar a tres adultos con comodidad. Y súmele las cortinillas parasol, las mesitas tipo avión, la regulación de las salidas de aire o los cristales sobretintados e insonorizantes, que contribuyen a que en su interior se viaje muy bien aislado del ruido.

 

También la suspensión se preocupa del confort del pasaje, pero realmente no es una burbuja; en ocasiones puntuales se llega a mostrar hasta algo seca. Por comportamiento, se luce más en vías rápidas que en carreteras convencionales. En las primeras se muestra muy estable y en las segundas su carrocería acusa unos movimientos algo más amplios que los del C4 Picasso, así que no podemos decir que sea un coche especialmente ágil en curva.

 

¿Dosis extra de potencia?

 

El C4 Picasso que probamos el pasado año contaba con el motor e-HDI de 115 CV, del que dijimos entonces que nos parecía una opción suficiente para la mayoría de clientes. Para el más pesado y voluminoso Grand C4 Picasso también podría valer, pero teniendo en cuenta que podemos cargarlo mucho yo apostaría por considerar opciones más potentes.

 

En esta ocasión he tenido la oportunidad de probar las dos alternativas posibles, el 1.6 THP de 156 CV y el BlueHDI de 150, ambos con el cambio manual de 6 velocidades. La primera, de gasolina, otorga una buena respuesta desde bajo régimen, un consumo razonable y destaca por un funcionamiento muy suave acorde con el agradable tacto de volante, pedales y manejo del selector.

 

En el BlueHDI no nos ha parecido tan fino ni el cambio de marchas ni el pedal de embrague, de tacto más duro en ambos casos. Por lo demás, garantiza un notable agrado de funcionamiento -no tanto como el THP-, no tiene problemas para empujar con solvencia desde abajo y es muy eficiente, exigiendo un gasto de combustible poco mayor que el del e-HDI a pesar de la diferencia de caballos.

 

Con uno u otro motor, lo que está claro es que el Grand C4 Picasso va a colmar las expectativas de los que busquen un monovolumen de verdad, amplio y práctico pero regado con notas de distinción y con la posibilidad de disfrutar de un alto equipamiento de confort y seguridad.

 

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Fuente: revistatopauto.com